domingo, 1 de enero de 2012

Un filme perdido de 1921 preserva la hazaña del primer aviador boliviano

El cortometraje, que dura diez minutos, fue encontrado en negativos de nitrato de plata

http://www.paginasiete.bo/2012-01-01/Cultura/NoticiaPrincipal/268-269Cul00221-2.aspx

Cine -  La familia del piloto Mendoza recuperó la cinta y la restauró en España.

Anahí Cazas / La Paz - 31/12/2011

  • Agregar a Delicious
  • Agregar a Yahoo MyWeb
  • Agregar a Twitter
  • Agregar a Facebook
  • Agregar a MySpace
En 1921, Juan Mendoza, el primer piloto boliviano, acompañado de un amigo, vuela el aeroplano Fiat y cumple dos misiones: probar las virtudes del aparato y filmar su hazaña en cielo argentino. Durante más de media hora graban imágenes panorámicas, en blanco y negro, de lugares históricos e importantes de Buenos Aires. De esa forma perpetua su aventura en un cortometraje que estuvo perdido durante varios años y que luego de un peregrinaje su familia ha recuperado y hoy es atesorado en formato DVD.

Vuelo sobre Buenos Aires de Juan Mendoza es el título original de este cortometraje estrenado entre 1922 y 1924 en Bolivia y que desde entonces nadie volvió a ver. Este filme inédito, grabado en formato de nitrato de plata, es considerado hoy por hoy otra joya del cine mudo en el país.

Hace 15 años, el cortometraje fue encontrado en cientos de pedacitos de rollos secos reunidos en una lata, que en realidad eran los negativos de nitrato de plata y que en esa época fueron prestados por Juan Mendoza al Ejército boliviano, con el objetivo de compartir su hazaña con las nuevas generaciones de pilotos.

Javier Soria Mendoza, nieto de Juan Mendoza, cuenta que durante varios años, primero los hijos del piloto y luego los nietos tenían la inquietud de recuperar este cortometraje, pues representaba rescatar un recuerdo y una joya de la familia.

Soria Mendoza, de 53 años, cuenta que fue una odisea y una búsqueda incansable recuperar el filme. Recuerda que el día que encontró el cortometraje en pedazos sintió, al igual que sus hermanos, haber descubierto la evidencia de un hecho histórico y extraordinario.

Este cortometraje prueba que su abuelo era el primer piloto boliviano y que su hazaña en Buenos Aires ya no era sólo una leyenda narrada por su abuela, sino la evidencia de un hecho real.

En su casa revisaron uno a uno los pedazos durante varios meses. Luego peregrinaron y llevaron los negativos a salas de cine, productoras especializadas y todo tipo de instituciones relacionadas con la cinematográfica boliviana; ese trajín duró siete años, pero nunca se rindieron, pues era de vital importancia comprobar el contenido del filme.

Hasta que en una sala antigua de cine de Cochabamba, según relata Soria Mendoza, encontró un aparato antiguo y probó uno de los rollos de nitrato de plata. Entonces, de inmediato reconoció el rostro de su abuelo y del famoso aeroplano. Admirado por lo que vieron sus ojos, decidió vencer todas los obstáculos técnicos y restaurar el filme.

“Hemos juntado los pedazos que estaban rotos y queríamos restaurarlo en Bolivia, pero fue difícil. Entonces mi hermano, quien es médico, decidió llevar los rollos a España para que sean restaurados en una filmoteca especializada de ese país”, narra Soria Mendoza.

Hace ocho años, su hermano, quien estudiaba en España, guardó en una lata los negativos de nitrato de plata y llevó dentro de su equipaje la única copia original del filme. Era la única copia de exhibición que conocía de la película, pues, al parecer, sólo había un ejemplar en Bolivia.

El filme de 1921 cruzó los océanos embarcado en un avión, según cuenta Soria Mendoza; lo guardaron primero en una lata, luego en un cajón y después en la maleta, aunque desconocían que los rollos de nitrato de plata contienen material explosivo.

Al llegar a España, su hermano entregó los rollos originales a la filmoteca Generalitat Valencia, donde recibieron el material con gran interés porque consideraban que era una joya cinematográfica y, además, querían ver las imágenes del aeroplano Fiat, de las cuales hay pocas en el mundo. De los 20 minutos que duraba el filme original, se logró recuperar sólo diez minutos, pues algunos de los fragmentos de los rollos de nitrato de plata sufrieron daños por el transcurso del tiempo y por la falta de un adecuado tratamiento de conservación durante su extravío.

La restauración duró unos seis años y, gracias a las gestiones del hermano de Soria Mendoza y de toda la familia, fue gratuita, pero las copias originales se quedaron guardadas en España.

El laboratorio español sacó varios duplicados en acetato, luego en formato de video y hace un año la familia recibió una copia en formato DVD.

Soria Mendoza dice que hoy emprende el desafío de reconstruir la historia de cómo y quiénes más participaron en el filme, pues todavía no se conoce el nombre del director y menos del productor, aunque todo apunta a una iniciativa promovida por Mendoza.

Ahora, la familia del piloto comparte el tesoro fílmico en pequeñas exhibiciones para amigos y esperan en un futuro proyectar el cortometraje en las salas de cine del país.

No hay comentarios:

Publicar un comentario